Los goles de Vicente y Baraja en el Ramón Sánchez Pizjuán dieron al Valencia CF su sexto título de Liga el día 9 de mayo de 2004. Este viernes, un día antes de cumplirse dieciséis años de aquella noche inolvidable en Sevilla, el ‘Puñal de Benicalap’ ha pasado por la sintonía de VCF MEDIA Radio para recordar aquel año inolvidable y los éxitos del Valencia CF del Doblete.
¡Que noche más especial aquella de Sevilla! Mañana se cumplen dieciséis años.
Tengo muy buenos recuerdos, han pasado casi dieciséis años, pero es una noche que está en la memoria de los valencianistas. Fue un día histórico para nuestro Valencia CF y es muy bonito recordarlo.
Todo empezaba con tu gol, que abrió el marcador en un partido muy especial.
Bueno, todo empezó la noche de antes, los equipos que nos perseguían no habían conseguido buenos resultados y lo teníamos muy cera ganando en Sevilla. Sabíamos que la victoria nos valía, llegamos muy concentrados, muy metidos en el partido y desde el primer minuto fuimos a ganarlo, aunque con mucho sufrimiento porque es un campo muy complicado.
¿Te acuerdas de cómo fue aquel gol al más puro estilo del ‘Puñal de Benicalap’?
Sí, perfectamente. Fue una combinación rápida entre Carboni, Xisco y yo. Xisco la toca muy bien con el tacón, le gano la espalda a Sergio Ramos, que era el lateral, llego hasta la portería y Javi Navarro me mete un poco el brazo, hago un poco de hueco, vi que el portero tenía el palo corto descuidado y aunque lo más fácil hubiera sido un balón cruzado, gracias a Dios el balón entró, que era lo importante.
¿Cuántas veces lo has visto repetido? Aquella celebración besando el escudo quedó para la historia.
He visto el gol muchas veces, mi hijo a veces quiere que le ponga algún gol mío. Haber marcado aquel gol es una cosa única que siempre va a quedar en mi memoria y en el recuerdo.
Probablemente, ese fue tu mejor año en el Valencia CF, fuiste protagonista en los momentos más especiales.
Fue un año genial para todo el equipo, a nivel individual y colectivo. Hicimos las cosas muy bien, era un equipo muy compacto, muy sólido y solidario. Había una manera de defender impresionante y cuando nos soltábamos en ataque éramos un equipo muy peligroso. Éramos capaces de dominar a equipos encerrados por fuera y las situaciones de contragolpe se nos daban muy bien, llegábamos con mucha gente al área contraria.
¡Y cuánto se habló de las rotaciones! En el once inicial del partido en el que se ganó el título hubo jugadores como Mista o Baraja no fueron titulares… Todos los jugadores tenían su papel.
Jugara quien jugara sabía lo que tenía que hacer, estábamos entrenador por Benítez, que daba opciones a todos, si uno salía sabía qué función tenía y si se quedaba en el banquillo lo toleraba bien. Éramos un equipo que trabajaba muy bien, que hacía las cosas muy bien a nivel colectivo y con grandes individualidades. Había gente importante como Baraja, Ayala, Cañizares, Mista… Éramos un equipo muy fuerte en ese momento.
¿Cuál es tu recuerdo más especial de ese partido?
Sin duda la imagen que voy a tener siempre grabada es el gol y el momento cuando beso el escudo. Haber podido hacer el 0-1 y dar un pasito más para conseguir el título siempre va a estar en mi corazón. También el poder disfrutar como hicimos en Valencia, con toda la gente en la ciudad desde el aeropuerto hasta la Plaza del Ayuntamiento fue increíble.
Aquella imagen besándote el escudo es puro sentimiento…
Para mí también, en ese momento sentí eso, era un gol muy importante porque nos acercaba a un segundo título de Liga después de tantos años sin conseguir uno ganamos dos en tres años y eso está al alcance de muy pocos equipos. Nosotros lo conseguimos y además con mucho merecimiento, ese momento de sentimiento es lógico por la situación y por lo importante que era el partido.
Se hablaba entonces de que Vicente era el mejor jugador de Europa.
Fue una temporada muy buena, siempre ayudado por los compañeros. Cuando un jugador está bien es porque tiene el apoyo del entrenador y de sus compañeros. Fue un año muy importante para mí, disfruté mucho, hice goles y muchas asistencias. Luego vino mi lesión en el tobillo que me impidió tener la continuidad que hubiese tenido.
¿Cuánto valdría ahora Vicente?
(Ríe). Bueno, eso depende del mercado, de la situación. Ahora mismo se están pagando muchos millones por jugadores, creo que pueden valer dinero, pero no tanto. Se ha exagerado mucho el gasto en la compra de jugadores.
La afición también estuvo allí en el Sánchez Pizjuán. Como los otros resultados acompañaron, muchos aficionados cogieron el coche y fueron a Sevilla la noche de antes.
Me acuerdo de que había muchos aficionados. Cuando el Valencia CF se juega algo importante la afición siempre responde. En Mestalla y fuera. La afición se hizo un camino de seis o siete horas en coche hasta Sevilla y los que estuvieron ahí con el equipo lo disfrutarían como el que más. Yo que soy valenciano, al volver y ver cómo estaba la ciudad todavía se me pone la piel de gallina al ver tanta gente, tantas banderas del Valencia CF. Fue algo increíble.
Benítez os hizo creer que podíais ganar aquella Liga.
Mucha parte de culpa del título fue del entrenador. Venía de Segunda División, del CD Tenerife, la afición tampoco tenía mucha confianza en este fichaje al principio, pero empezó trabajando, trabajó mucho, hizo las cosas muy bien y empezaron a llegar resultados. Nadie nos esperábamos el poder luchar por una Liga ante equipos del poderío del Barça y el Real Madrid, pero conforme pasaron las jornadas vimos que el equipo estaba ahí arriba y que podía disputarla. Al final fuimos capaces de doblegarlos a base de trabajo, de lucha, porque no teníamos las estrellas de esos equipos.
Jugadores como Sissoko, Oliveira o Xisco fueron también importantes en algunos momentos del campeonato... Aquel equipo funcionaba igual jugara quien jugara.
Eso es lo que convertía a Benítez en un entrenador diferente. Cuando le tocaba salir al del banquillo, respondía. Siempre funcionaba igual aquel equipo. Benítez supo combinar eso muy bien y dio resultado. Dio descanso a jugadores en algunos partidos y el equipo estaba muy fuerte a nivel físico.
Y otra vez Andalucía… La Cartuja, La Rosaleda, el Sánchez Pizjuán y recientemente el Benito Villamarín. Es sinónimo de éxito para el Valencia CF.
Andalucía estará siempre en el recuerdo para todos los valencianistas, es un sitio mágico para nosotros, ojalá el club pueda conseguir algún título más. Es una tierra muy bonita, que nos ha dado grandes alegrías.
El mes de mayo es el mes del Valencia CF. La Liga de Málaga, la de Sevilla, la Copa de la UEFA… En aquella final contra el Olympique de Marsella también marcó Vicente.
Sí, fue una temporada mágica. Ni el más optimista de los valencianistas pensaba en ganar una liga y una copa de la UEFA por los equipos que había y la dificultad que había. Lo logramos todo en el mes de mayo.
No dudaste en aquel lanzamiento de penalti en Göteborg.
Yo tenía bastante tranquilidad a la hora de tirar penaltis en los partidos, luego igual de los nervios me desfondaba al final del partido, pero me gustaba tener esa presión o esa tensión. Tirar un penalti en teoría es lo más fácil, luego no es así, porque luego se fallan muchos, gracias a dios se metió. En el partido no noté la presión, sí la noté al final del partido.
Y aquel mote del ‘Puñal de Benicalap’ ha pasado a la historia…
Sí, todavía hay gente que me lo comenta por ahí… Soy de Benicalap, vivo aquí en mi barrio y estoy encantado y orgulloso de ese mote. Con trabajo y humildad se pueden conseguir títulos, es difícil hoy en día, pero anteriormente también. En el campo al final se iguala todo y si trabajas y haces bien los sueños se cumplen. El Valencia CF consiguió hace poco una Copa ante un equipo como el FC Barcelona.